Quebró, se recuperó y hoy es dueño de 951 tiendas de jabones
La diligencia, constancia y determinación, son cualidades necesarias para cualquier emprendedor, sobre todo cuando aparentemente todo se viene abajo. Tal y como fue el caso de Mark Constantine, que logró levantar un negocio multimillonario de jabones en su segundo intento.
Un imperio de jabones artesanales
Mark ha trabajado en la industria cosmética desde la década de los 70. En un punto, logró fundar su propia empresa llamada Cosmetics To Go, la cual tuvo éxito al principio, pero después se fue en picada por distintos factores. Sin embargo, para el año 1995, este emprendedor se recuperó y fundó su nueva empresa y marca llamada Lush.
Lush es una empresa minorista de cosmética con sede en Reino Unido. Allí Mark produce cremas, champús, geles de baño, exfoliantes, mascarillas, lociones y una gran variedad de cosméticos para todo el cuerpo. Sin embargo, su producto más vendido y lo que lo ha llevado a alcanzar el éxito son sus jabones.
Mark produce una enorme variedad de jabones hechos a mano y libres de crueldad. Le agrega ingredientes que los perfuman ligeramente y producen sensaciones de limpieza y frescura. Pero además, algunos producen diferentes beneficios como humectar, hidratar, aliviar pieles secas o maltratadas y exfoliar la superficie de la piel.
Los jabones están disponibles en varios precios y pueden comprarse tomando en cuenta el tipo de piel, el aroma que puede ser cítrico, floral, dulce o hasta menta, e incluso se pueden comprar con formas o diseños llamativos.
Mark ha sentado las bases de un sólido negocio, no solo de jabones, sino de cosméticos. Actualmente tiene 951 tiendas alrededor del mundo y tan solo su sitio web factura cerca de 200 millones de dólares anuales.