Los usuarios cambian de prioridades y eligen móviles por la IA que incorporan
Hasta hace poco, cuando alguien buscaba un nuevo celular, lo más probable era que se fijara en la cámara, el tamaño de la pantalla o si tenía suficiente batería para aguantar todo el día. Pero las reglas han cambiado, y cada vez más personas miran una sola cosa antes de decir “me lo llevo”: qué tan inteligente es el teléfono.

Y es que sí, lo que antes parecía un extra bonito para presumir ahora se ha convertido en el corazón de la experiencia móvil. Según diversas encuestas recientes, alrededor del 80% de los usuarios toma su decisión de compra basándose en qué tan buenas son las herramientas de IA del dispositivo. No es un dato menor, es una señal clara de que la inteligencia artificial ha dejado de ser una promesa futurista para convertirse en el nuevo estándar de lo que se espera de un smartphone moderno.
La nueva reina del teléfono
Aunque la inteligencia artificial tiene múltiples aplicaciones dentro de un teléfono, hay un campo en el que brilla con especial intensidad: la fotografía. Hoy ya no basta con tener una buena cámara, porque lo que realmente importa es que el dispositivo sea capaz de hacer magia incluso cuando la foto original no era perfecta.
Entre las funciones más valoradas destaca el popular “Borrador IA”, que elimina objetos o personas inesperadas en un solo toque. Según los datos recopilados, más de la mitad de los encuestados la considera imprescindible. Muy cerca están otras herramientas como el ajuste automático de luz, el aumento de nitidez o la opción “Toma Perfecta”, que selecciona la mejor imagen entre varias capturas analizando expresiones, ángulos y momentos.
¿Y por qué tanto interés en estas funciones? Porque, seamos honestos, hoy todos somos creadores de contenido, aunque no nos guste admitirlo. Desde subir una historia a Instagram hasta mandar una foto en un grupo familiar, todo pasa por la cámara. Y si el celular ayuda a que esa imagen se vea espectacular sin tener que abrir una app de edición, entonces gana puntos.
Más allá de las fotos, la IA quiere ser tu asistente diario
La presencia de la inteligencia artificial no se limita a las fotos. También se está volviendo esencial en otras áreas del uso cotidiano. Algunos teléfonos ya traen asistentes de escritura que corrigen y reformulan mensajes en tiempo real, organizan tu galería por tipos de contenido o incluso predicen qué apps vas a necesitar según el momento del día.
En el ocio digital también se nota este salto tecnológico. La IA predice qué tipo de contenido quieres consumir, adapta la interfaz para que sea más cómoda y optimiza el rendimiento para evitar retrasos, algo clave cuando juegas desde el móvil o pruebas plataformas interactivas como un casino online, donde cada recomendación y sistema de seguridad funciona mejor cuando entiende tus patrones de uso.
El desafío silencioso de la era inteligente
Ahora bien, no todo es entusiasmo. A medida que la inteligencia artificial gana protagonismo en nuestros dispositivos, también surgen dudas legítimas sobre cómo se gestionan los datos personales, sobre todo cuando las funciones dependen del procesamiento en la nube.

Muchos sistemas de IA necesitan analizar nuestras imágenes, audios o patrones de uso para funcionar mejor, lo cual genera preocupación en un porcentaje creciente de usuarios. El riesgo de filtraciones o usos indebidos de esa información no es menor, y de hecho ha motivado que algunos fabricantes comiencen a ofrecer soluciones de procesamiento local, sin enviar datos a servidores externos, o explicaciones más claras sobre qué información se recoge y para qué.
De todas formas, mientras la tecnología avanza, la confianza del usuario se vuelve un activo cada vez más valioso para las marcas. Porque no basta con tener el smartphone más inteligente, también hay que demostrar que lo es de manera ética y transparente.
Hacia un futuro hiperpersonalizado
Todo apunta a que la inteligencia artificial apenas está arrancando. La próxima generación de móviles busca anticiparse a lo que necesitas, personalizar tu experiencia y optimizar recursos de forma casi invisible.
Y aunque todavía falta para que un smartphone sea realmente “consciente” de su entorno, lo cierto es que cada actualización nos acerca un poco más a esa idea de tener un asistente personal en el bolsillo. Uno que no solo responde preguntas, sino que entiende el contexto y propone soluciones antes de que se las pidas.
En resumen, si estás pensando en cambiar de celular y aún no sabes por cuál decidirte, tal vez sea hora de dejar de mirar solo los megapíxeles o los miliamperios, y empezar a preguntar: “¿Qué tan inteligente es este teléfono?”. Porque, como parece quedar cada vez más claro, el futuro de la tecnología móvil no está en el hardware, sino en el cerebro que la hace funcionar.